sábado, 17 de febrero de 2018

La intimidación física y las amenazas

El comportamiento de intimidar a otros puede ser físico o verbal. Los varones tienden a usar la intimidación física o las amenazas, sin importarles el género de sus víctimas. La intimidación de las niñas es con mayor frecuencia verbal, usualmente siendo otra niña el objetivo. Los niños que son intimidados experimentan un sufrimiento real que puede interferir en su desarrollo social y emocional, al igual que en su rendimiento escolar. Los niños y adolescentes que intimidan, se engrandecen y cobran fuerzas al controlar o dominar a otros. Ellos muchas veces han sido las víctimas de abuso físico o de intimidación. Los intimidadores pueden también estar deprimidos, llenos de ira y afectados por eventos que suceden en la escuela o en el hogar. 

Los niños que son el blanco de los intimidadores también tienden a caer bajo un perfil particular. Los intimidadores a menudo escogen niños que son pasivos, que se intimidan con facilidad o que tienen pocos amigos. Las víctimas también pueden ser más pequeños o menores a quienes se les hace muy difícil defenderse a sí mismos. Si los padres sospechan que su hijo está intimidando a otros, es importante que busquen ayuda para él o ella tan pronto como le sea posible. Sin una intervención adecuada, la intimidación puede llevar a serias dificultades académicas, sociales, emocionales y legales. Hable con el pediatra, maestro, consejero escolar o médico de familia de su hijo. Si la intimidación continúa, el apoyo y consejo de un profesional adecuado es necesaria.

http://www.fecapp.biz/pics/forja/forja27.pdf

viernes, 2 de febrero de 2018

hombres maltratados



Perfil del hombre maltratado:

Suelen se hombres con poca confianza en sí mismos, con baja autoestima y pocas creencias de valía. Suelen ser más pasivos que la mujer con la que están y tolerar las vejaciones. Necesitan la aprobación de la pareja.

Pueden identificar a la pareja como una figura maternal, punitiva. Consideran los malos tratos como algo “normal”.

Puede que haya sufrido maltratos de pequeño o los haya vivido en la familia.

Su concepto del amor le lleva al sacrificio y a la dependencia.

No contemplan la forma de salir de esa relación y sobrevaloran a la otra persona (el maltratador), lo idealizan, creyéndose inferiores, de esta forma no se ven capaces de poder seguir adelante solos.

Suelen ser u hombres muy sobreprotegidos, que han crecido acostumbrados a la dependencia de los demás u hombres educados para volcarse en los demás y priorizar las necesidades de los otros.

Presentarán síntomas de estrés, ansiedad y problemas somáticos: de sueño, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales…



Es probable que acabe distanciándose de las amistades y/o familia y sintiéndose diferente al resto.